Sistema de aynuqas: caso Yarvicoya Rodeo y
Jach’apampa de los ayllus de Tapacarí,
Cochabamba Bolivia
Aynuqas system: Yarvicoya Rodeo and
Jach’apampa cases of the ayllus of tapacarí,
Cochabamba – Bolivia
Zenon Mamani Fili (*)
Reseña bibliográfica
(*) Zenon Mamani Fili es de nacionalidad boliviana, magister en Agroecología, Cultura y
Desarrollo endógeno sostenible en Latinoamérica. Actualmente está realizando un
doctorando en la Universidad Mayor de San Simón (UMSS), en el Centro de Investigación
Agroecología Universidad Cochabamba (AGRUCO).
ORCID: https://orcid.org/0009000133652772
Correo electrónico: filiandino513@gmail.com
Recibido: 28.01.2025 Revisado: 9.02.2025 Aceptado: 16 .06.2025
ISSN 2074-0700 / eISSN 27888452 27
MAMANI FILI, Zenon (2025). Con¬sciencias Sociales, “Sistema de Aynuqas: caso
Yarvicoya Rodeo y Jach’apampa de los ayllus de Tapacarí, Cochabamba – Bolivia”
ConSciencias Sociales, AÑO 17; N° 32; junio 2025; pp. 2742. Universidad Católica
Boliviana “San Pablo”, Sede Cochabamba.
ConSciencias Sociales, 16(31): 09 24, diciembre 2024
ISSN 20740700 / eISSN 27888452
https://doi.org/10.35319/consciencias.202532162
Resumen
Este artículo es el resultado del diálogo de
saberes que aborda las problemáticas en el
manejo de suelos reconfigurados con base al
sistema de aynuqas en las comunidades de
Yarvicoya Rodeo y Jach’apampa de los
ayllus de Tapacarí, Cochabamba, Bolivia. La
metodología empleada fue la Investigación
Participativa Revalorizadora mediante las
técnicas del círculo de diálogo, entrevista
semiestructurada y observación participante.
Como resultados más relevantes, se evidencia
que en la primera comunidad existe la
intensificación del uso de insecticidas para
combatir plagas, evitar pérdidas y obtener
altos rendimientos en la producción de papa
Waych’a para el comercio. En este proceso
productivo, los suelos han comenzado a ser
cosificados y desarticulados de la vida
espiritual y social; están meramente
constituidos en el componente material,
como fuente de riqueza. En la segunda
comunidad, los suelos también atraviesan la
proliferación del Gorgojo de los Andes; sin
embargo, los agricultores aún evitan la
aplicación de los agrotóxicos debido a que la
producción es destinada al autoconsumo. Se
concluye que, en ambas comunidades, es
evidente la ausencia de políticas
agroecológicas que contribuyan al manejo
integral de suelos; estudios
transdisciplinarios que permitan la
clasificación de suelos cultivables según los
minerales que contienen para diversificar la
producción alimentaria con soberanía y
sostenibilidad.
Palabras clave: Sistema de Aynuqa;
Diversificación de suelos; Practicas rituales;
ciclo agrícola; Madre Tierra
Resumo
Este artigo é o resultado do diálogo de
saberes que aborda as problemáticas no
manejo de solos reconfigurados com base no
sistema de aynuqas nas comunidades de
Yarvicoya Rodeo e Jach’apampa dos ayllus
de Tapacarí, Cochabamba, Bolívia. A
metodologia empregada foi a Pesquisa
Participativa Revalorizadora, por meio das
técnicas de círculo de diálogo, entrevista
semiestruturada e observação participante.
Como resultados mais relevantes, observase
que na primeira comunidade há uma
intensificação do uso de inseticidas para
combater pragas, evitar perdas e obter altos
rendimentos na produção de batata Waych’a
para fins comerciais. Nesse processo
produtivo, os solos começaram a ser
cosificados e desvinculados da vida espiritual
e social; passaram a ser concebidos apenas
como um componente material, fonte de
riqueza. Na segunda comunidade, os solos
também enfrentam a proliferação do
Gorgulho dos Andes; no entanto, os
agricultores ainda evitam o uso de
agrotóxicos, uma vez que a produção é
destinada ao autoconsumo. Concluise que,
em ambas as comunidades, é evidente a
ausência de políticas agroecológicas que
favoreçam o manejo integral dos solos; são
necessários estudos transdisciplinares que
permitam a classificação dos solos
cultiváveis de acordo com os minerais que
contêm, com o objetivo de diversificar a
produção alimentar com soberania e
sustentabilidade.
Palavraschave: Sistema de Aynuqa;
Diversificação dos solos; Práticas rituais;
Ciclo agrícola; Mãe Terra.
Abstract
This article presents the results of a
knowledge dialogue that addresses problems
in the management of reconfigured soils
based on the aynuqa system in the
communities of Yarvicoya Rodeo and
Jach’apampa within the ayllus of Tapacarí,
Cochabamba, Bolivia. The methodology
employed was Participatory Revalorizing
Research using dialogue circles, semi
structured interviews, and participant
observation techniques. The most relevant
28
Año 17, nº 32, junio 2025CON ciencias Sociales
findings reveal that in the first community,
there is an intensification in the use of
insecticides to combat pests, prevent losses,
and obtain high yields in Waych’a potato
production for commercial purposes. In this
productive process, soils have begun to be
commodified and disconnected from spiritual
and social life, being reduced merely to a
material component as a source of wealth. In
the second community, soils also face the
proliferation of the Andean weevil
(Premnotrypes spp.); however, farmers still
avoid applying agrochemicals because
production is destined for selfconsumption.
The study concludes that in both
communities, there is an evident absence of
agroecological policies that contribute to
integral soil management and
transdisciplinary studies that would enable
the classification of cultivable soils according
to their mineral content to diversify food
production with sovereignty and
sustainability.
Keywords: Aynuqa system; Soil
diversification; Ritual practices; Agricultural
cycle; Mother Earth
Introducción
Las comunidades delimitadas para el
presente estudio se caracterizan por fortalecer
y revalorizar el sistema de rotación comunal
heredado desde tiempos inmemoriales. El
manejo de suelos está estrictamente
articulado a la vida espiritual (saberes y
prácticas rituales) y social (organización
familiar y cargos de autoridad originaria). Sin
embargo, a partir de las propias experiencias
que vivencian las familias, se han
identificado problemáticas distintas que
atraviesan en el manejo de suelos y cultivos.
Entre ellos, afirman que la sobrepoblación de
insectos les ha obligado a optar por la compra
de agroquímicos; inclusive, afirman que estos
insumos comienzan a perder su efectividad
durante los años. Además, perciben que los
suelos en descanso han dejado de generar
biomasa; el crecimiento vegetativo ha
comenzado a reducirse de manera
considerable.
Las comunidades delimitadas para el
presente estudio se caracterizan por fortalecer
y revalorizar el sistema de rotación comunal
heredado desde tiempos inmemoriales. El
manejo de suelos está estrictamente
articulado a la vida espiritual (saberes y
prácticas rituales) y social (organización
familiar y cargos de autoridad originaria). Sin
embargo, a partir de las propias experiencias
que vivencian las familias, se han
identificado problemáticas distintas que
atraviesan en el manejo de suelos y cultivos.
Entre ellos, afirman que la sobrepoblación de
insectos les ha obligado a optar por la compra
de agroquímicos; inclusive, afirman que estos
insumos comienzan a perder su efectividad
durante los años. Además, perciben que los
suelos en descanso han dejado de generar
biomasa; el crecimiento vegetativo ha
comenzado a reducirse de manera
considerable.
A manera de resaltar algunos aportes en los
estudios de López (2018; 2022), la
comunidad de Yarvicoya Rodeo se ha
caracterizado por la diversificación de suelos
y semillas de papa. Sin embargo, a partir del
año 2022 hasta la actualidad se han
evidenciado cambios profundos. Entre ellos
está el aumento del uso de agroquímicos para
combatir al gorgojo de los Andes. Según los
estudios de Alba (2012), Rojas (2022) y
CENDA (2023), el uso de agroquímicos es
una amenaza directa a los sistemas de vida,
acelera su erosión y, en consecuencia,
provoca la extinción de los microorganismos
y la biodiversidad. Es un proceso de
cosificación orientada a constituir las formas
de vida en una naturaleza muerta.
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En cambio, estudios realizados en
Jach’apampa resaltan una alta vulnerabilidad
de suelos a la erosión y requieren de mayor
abonamiento para obtener altos rendimientos
en cuanto a la calidad y tamaño de las papas
(Condo, 2009). Al respecto, Choque (2022)
describe que las familias de esta comunidad
han constituido el sistema agroalimentario
específicamente para garantizar la seguridad
y soberanía alimentaria familiar. Esto
significa que no está orientado a la lógica
productiva comercial; para generar ingresos
económicos, han considerado otras opciones
como el tallado de piedras u otras fuentes
laborales. En ese sentido, frente a la
vulnerabilidad de los escasos suelos
cultivables, las familias se resisten a emplear
agrotóxicos, al menos por ahora.
Son estas las problemáticas que han
motivado el abordaje del presente estudio,
que se enfoca en la descripción de estrategias
integrales para el manejo de suelos resilientes
con base en el sistema de aynuqas en las
comunidades originarias de Yarvicoya Rodeo
y Jach’apampa.
Metodología
El estudio se ha realizado en las comunidades
de Yarvicoya Rodeo del Ayllu Aransaya y
Jach’apampa del Ayllu Majasaya del Distrito
Ch’alla de la Provincia Tapacarí del
Departamento de Cochabamba, Bolivia. El
punto de partida metodológico del estudio
fue el enfoque Histórico Cultural Lógico y la
Investigación Participativa Revalorizadora
(Tapia, 2016). En ese marco, se han
empleado las técnicas del círculo de diálogo:
una por cada comunidad con familias
agricultoras, autoridades originarias y
sindicales. La entrevista semiestructurada ha
sido aplicada para la recolección de datos
cualitativos desde las vivencias cotidianas; se
entrevistó a 18 familias, incluyendo a las
autoridades originarias y sindicales. La
observación participante se empleó en las
actividades agrícolas principales que
dinamizan las familias en su vida cotidiana,
además en la gestión de las autoridades
originarias de los sistemas agroalimentarios
configurados con base en las aynuqas.
Para la aplicación metodológica, fue
imprescindible que los participantes sean
familias que viven en las comunidades y que
dinamizan los sistemas agroalimentarios.
Asimismo, juntamente con las autoridades
originarias y sindicales, ha sido fundamental
constituir la participación integral en campo
transdisciplinario; se ha logrado evidenciar
que la coinvestigación para la construcción
de conocimientos y generación de propuestas
son desafíos no imposibles.
Durante la fase del trabajo de campo y el
análisis de datos ha sido sumamente
importante la articulación de saberes
endógenos y las teorías de carácter científico.
A partir de esta óptica del pensamiento
integral con autoconciencia, los actores de las
comunidades rurales y académicas han
generado procesos de reflexión crítica y se
han sintetizado en propuestas alternativas
para fortalecer el manejo integral de suelos
con soberanía y en armonía con la Madre
Tierra (Bautista, 2014).
Resultados
La categoría aynuqa viene de la lengua
aymara. Según Reviere (1994), su origen se
puede explicar a partir de la raíz Ayni y Nuqa.
El primero se refiere a la acción recíproca
mutua (ayudarse entre ambos) y el segundo,
explica la repartición o distribución de la
acción y la localización o lugar en el cual se
da el acto recíproco. Además, el autor hace
mención de la categoría aynuqaña, afirmando
que este también podría haber dado lugar al
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Año 17, nº 32, junio 2025CON ciencias Sociales
contenido explicativo de aynuqa en cuanto a
la acción repetitiva de la prestación del
trabajo colectivo. En tiempos inmemoriales,
esta explicación tenía más sentido, se
empleaban estrategias de trabajo basado en la
mit’a (prestación de trabajo obligatorio a la
comunidad) y en la minga (prestación de
trabajo colectivo); la prestación de la fuerza
de trabajo contribuía a la soberanía
alimentaria comunal y el autoconsumo
familiar. Todo este proceso de la actividad
productiva se realizaba de manera rotativa
año tras año en las áreas de cultivo más o
menos delimitadas y muy bien organizadas
dentro de los ayllus menores y ayllus
mayores (Antequera, 2016).
Figura 1
Sistema de aynuqas de la comunidad de
Yarvicoya Rodeo y Jach’apampa.
Fuente: Elaboración propia con base a los círculos de diálogo,
observación participante y entrevistas semiestructuradas,
2024.
Con base a estas referencias y las
características actuales del sistema de
rotación comunitaria de Yarvicoya y
Jach’apampa, la categoría aynuqa explica las
áreas de cultivo delimitados, organizados y
diseñados con base al ciclo de la vida, es
decir; según el Thakhi (camino por donde
recorre la reproducción de la vida). En ambas
comunidades, la organización para el manejo
de suelos está diseñada en tres áreas de
cultivos que rotan de manera sucesiva por
cada campaña agrícola y están estrictamente
articuladas unas con otras; su manejo es
profundamente integral, tiene que ver con la
vida espiritual (tienen memoria histórica),
social y material (Reviere, 1994), ver figura
1.
La aynuqa de papa es la primera área de
cultivo que comienza a ser trabajada después
de haber descansado dentro de 13 a 15 años.
Por tanto, las familias agricultoras invierten
más tiempo y fuerza de trabajo en las
actividades de barbecho (qhulliña, vultiaña y
kutija). En el contexto actual, las familias de
la comunidad de Yarvicoya realizan la
explotación intensiva de los suelos para
producir la variedad de la papa comercial
(papa waych’a) y el cultivo de las variedades
nativas es mínimo, únicamente para el
autoconsumo. Mientras que en la comunidad
de Jach’apampa, las familias se caracterizan
por la producción alimentaria para priorizar
y garantizar la soberanía alimentaria
familiar. Según el análisis teórico que realiza
Lezama (2019) acerca del marco categoría de
Marx, la primera comunidad está en
transición a los procesos de valorización
económica (lo que significa la conversión o
invisibilización de la naturaleza viva a una
naturaleza muerta o artificial) y la segunda a
la revalorización de los sistemas de vida.
Según el sistema de aynuqas, en el primer
año se realiza el cultivo de papa. En el
segundo año, la misma es destinada para la
producción de cereales; las familias
fundamentan que, si se rompe con este ciclo
rotativo, la tierra comienza a cansarse,
enfermarse y erosionarse. Afirman que la
siembra de la quinua y cebada contribuye a
la restauración del equilibrio de los
microorganismos del subsuelo;
principalmente, las raíces de la quinua
comienzan a reducir la población del gorgojo
(gusano de papa). A su vez, la degradación de
las mismas fertiliza la tierra dejando materia
orgánica que es aprovechada por los
microorganismos. Al respecto, existen
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estudios que demuestran la importancia de
los componentes de Saponina que se obtienen
del polvillo de la quinua; afirman que, por su
letalidad media, brindan resultados altamente
efectivos para el control de plagas en los
cultivos (Castañeda et al., 2018). En cuanto
a la cebada, una vez cosechadas, los restos
que quedan son aprovechados para el
pastoreo; este método se denomina rastrojeo.
Durante ese proceso dialógico con la Madre
Tierra, los animales excretan (Thaxa); en
consecuencia, los componentes químicos
orgánicos del guano penetran a las capas del
subsuelo con la previa degradación lenta
generada por las lluvias.
En el tercer año, la aynuqa está destinada
para la producción de forrajes. Las familias
de ambas comunidades en su mayoría
siembran la cebada y avena forrajera.
Afirman que cultivar estas especies ayuda a
que los suelos entren al periodo de descanso
mediante una rotación gradual y no así, de
manera abrupta. Al respecto, se ha
identificado que los cereales y los forrajes no
necesitan altos niveles de nutrientes de los
suelos; por eso se siembran después de la
papa. Además, la finalidad es que
contribuyan a la recuperación de nutrientes y
la biomasa, para prevenir la erosión acelerada
de las aynuqas. “A partir del cuarto año, la
aynoqa entra en descanso y regeneración de
la fertilidad, a la vez de pastoreo comunal,
hasta que el ciclo de rotación vuelve al
mismo lugar” (Tapia, 2002, p. 154).
La dinamización del sistema de aynuqas en
la comunidad de Jach’apampa y Yarvicoya
reflejó realidades de resistencia, incluso a la
gran mayoría de las comunidades de los tres
ayllus del distrito Ch’alla. Diversos estudios
realizados en estos contextos describen que
este sistema ancestral permite a las familias
gestionar sus sistemas agroalimentarios de
manera más sostenible. Sin embargo, es
importante reflejar que el problema que se
refleja actualmente no está en los intentos de
desvalorización o la continuidad de
revalorización de las ayunqas, sino
principalmente en las subjetividades que
motivan su dinamización (Weber, 1964). Así
como se refleja en la comunidad de
Yarvicoya, la rotación de aynuqas está
vigente, pero la subjetividad reconfigurada
por el sistema agroindustrial ha dado un giro
catastrófico; cada aynuqa que rota está
gradualmente cosificada por el uso de los
agrotóxicos, ya que el interés superior ha
comenzado a ser la obtención de las cosechas
de papa sin agusanamiento y de tamaños
considerables antes que la seguridad y la
soberanía alimentaria. Por esta razón, las
propuestas como la agroecología endógena
son una alternativa frente al desplazamiento
y subordinación del sistema agroindustrial
(CatacoraVargas et al., 2016).
Estrategias en el manejo de suelos según
las prácticas rituales del calendario
agrícola
A continuación, se exponen las estrategias
que emplean las familias para el manejo
integral de suelos en todo el ciclo productivo.
Práctica ritual del barbecho
Las actividades de barbecho inician de
acuerdo a los usos y costumbres de cada
comunidad. En la comunidad de Yarvicoya
Rodeo inicia posterior al día Miércoles de
Ceniza de la festividad de carnaval. En
cambio, en Jach’apampa, suelen iniciar a
partir del mes de marzo. Estas variaciones
tienen que ver con la intensidad productiva y
la disponibilidad de suelos cultivables.
Mientras la primera comunidad posee suelos
extensos y fértiles, está enfocada en la
producción para el mercado. A su vez, los
suelos están quedando cada vez más
desérticos; esto significa la agudización del
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Año 17, nº 32, junio 2025CON ciencias Sociales
desequilibrio de los indicadores climáticos
que ayudan a los agricultores para el manejo
adecuado de los suelos (López & Mamani,
2018). En cambio, la segunda comunidad es
más desfavorecida; produce estrictamente
para garantizar el consumo familiar, sin
embargo, preserva la cubierta vegetativa.
Como una primera estrategia, las familias aún
dinamizan actividades con base en la
organización del barbecho en tres momentos:
en el primer momento se realiza la qhulliña,
en el segundo momento la vultiaña y en el
tercer momento la kutijaña. Según los saberes
endógenos, cada una de ellas cumple tareas
específicas para la producción alimentaria,
equilibrando los componentes de los
suelos.
Para iniciar la qhulliña, las comunidades
realizan prácticas rituales que reflejan la
conexión entre las familias y los
componentes de la madre tierra. Desde el
pensamiento aymara, lo primero que se debe
hacer antes de trabajar la tierra es pedir
permiso (Licincia) a la Madre Tierra y a las
deidades (Reviere, 1994). Afirman que esta
acción es un ritual de respeto y
agradecimiento por la producción
alimentaria. En ese sentido, las familias de la
comunidad de Yarvicoya Rodeo se reúnen en
la sede central tras recibir una convocatoria
de las autoridades originarias. Realizan un
compartimiento donde los ahijados del
Mallku, Alcalde y Jilakatas festejan con
guirnaldas (hechas con harina blanca y
adornadas con serpentina), comidas, bebidas
gaseosas y curativas. Este diálogo ritual
alimentario tiene por finalidad el
fortalecimiento de la vida espiritual, social y
material para iniciar las actividades de
barbecho y se espera que sean duraderas
hasta la conclusión del año agrícola.
En cambio, en la comunidad de Jach’apampa
esta práctica ha sido olvidada. Sin embargo,
las autoridades originarias convocan a la
reunión general programada para el 10 de
febrero con la finalidad de evaluar el número
de qallpas disponibles (áreas, unidades o
parcelas cultivables en la aynuqa). Además,
evalúan el número de afiliados vigentes
comparando con la disponibilidad de qallpas.
Posteriormente, proceden con la
redistribución según el orden de la lista
registrada en el acta; los primeros de la lista
son el directorio de autoridades originarias y
sindicales, quienes se redistribuyen las
primeras parcelas y lo restante, a las familias
afiliadas. Concluyen la reunión comunal,
dando el orden oficial para iniciar la
Qhulliña, recomendando la revalorización de
los principios del Thakhi.
Otro dato importante que resaltan las familias
de Jach’apampa es la redistribución de las
parcelas al inicio de cada año agrícola. Es
decir, ninguna familia puede apropiarse de las
mismas; la dotación es estrictamente
temporal y tiene vigencia de un año. En cada
redistribución, las familias reciben una
Qallpa distinta a la que han cultivado en el
año anterior y son responsables de cuidar y
preservar la biodiversidad durante las labores
agrícolas. Los fundamentos que sostienen al
respecto se centran en la conflictividad por
parcelas; afirman que han optado por esta
estrategia de manejo de suelos para evitar
disputas entre las familias, perciben a la tierra
y al territorio comunal como el hogar o la
familia grande, por lo que luchan frente a las
lógicas de fragmentación que intentan
penetrar de generación en generación. Esta
forma de ver a la comunidad no solamente es
la concepción en la región altiplánica,
también es compartida en las naciones
indígenas del oriente boliviano (Chávez,
2014), donde la madre naturaleza alberga en
su vientre (suelos) a la biodiversidad y hace
posible su reproducción.
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En cambio, en la comunidad de Yarvicoya
Rodeo, la redistribución de suelos es muy
distinta. Las familias afiliadas son dueñas de
las parcelas desde el primer momento en que
han sido dotadas por las autoridades
comunales. Por tanto, cada afiliado está
obligado a cumplir con la función social y
económica para mantener sus áreas de
cultivo. Esta posibilidad de ser propietario ha
detonado las iniciativas de comercialización
de qallpas (parcelas pequeñas dentro de las
aynuqas o uraqi); cuando es sometida a la
oferta y la demanda, se convierte en parcela
con valor económico, la tierra es convertida
en mercancía y comienza a desprenderse del
sistema de rotación de la aynuqa porque se
ha constituido en propiedad privada (Marx,
1880).
Estas reconfiguraciones subjetivas son
indicadoras de una posible parcelación
(significa la división de la tierra comunal en
parcelas familiares y eliminación del sistema
rotativo) de la tierra comunitaria (Mamani,
2023). Se vuelve más preocupante cuando las
prácticas agrícolas han sido inclinadas al
contexto estrictamente mercantil que prioriza
la acumulación de recursos cómicos (Tapia
& Syndicus, 2012). Volviendo a la categoría
de redistribución, las autoridades originarias,
durante el compartimiento que realizan en la
aynuqa, se limitan a mostrar los colindantes
o mojones y seguidamente dan el orden
oficial para que las familias procedan con el
inicio de la qhulliña, ver cuadro 1.
Cuadro 1
Estrategias para el preparado de los
suelos en el barbecho.
Fuente: Elaboración propia con base a las entrevistas
semiestructuradas y círculos de diálogo, 2024.
La primera roturación se realiza con previa
inspección de los suelos en descanso; se
identifican las limitaciones de cada parcela
cultivable y los niveles de erosión que
presentan. Seguidamente, entran en descanso
por dos semanas a un mes. A partir de este
tiempo se inicia con la Vultiaña; el volteo de
los suelos se realiza en dirección contraria a
la primera roturación, posteriormente entra a
un proceso de aireación durante 5 a 6 meses.
A continuación, los agricultores entrevistados
añaden algunos saberes para la realización
adecuada del volteo:
Primero es qhullir y después viene el volteo;
eso se hace una vez cuando hemos
barbechado y ahí la lluvia viene. Si hacemos
los dos al mismo tiempo, no sirve. Por qué a
la tierra tiene que entrar agua, según mi
experiencia. Cuando el volteo lo hacemos
seguidito al barbecho, no se levanta toda la
tierra. Si hacemos después de dos semanas
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Año 17, nº 32, junio 2025CON ciencias Sociales
Yarvicoya Qhulliña
Roturación de la tierra a 50 cm. de
profundidad.
Las tecnologías empleadas son yunta, tractor
y picota.
Vultiaña
Primer volteo del suelo roturado.
Es realizado después de dos semanas de la
qhulliña.
Kutijaña
Tercer volteo del suelo. Además, implica la
realización de la q’upaña y q’ulachaña; afirman
Jach’apampa Qhulliña
Roturación de la tierra a 50 cm. de
profundidad.
Las tecnologías a ser empleadas son la yunta
y picota.
Vultiaña
Es realizado después de un mes de la qhulliña.
Algunas familias incluyen la q’upaña y
q’ulachaña.
Kutijaña
Son muy pocas las familias quienes practican
la kutijaña. La mayoría se limita en realizar la
q’upaña y q’ulachaña; consideran que no
contribuyen para la producción de la papa.
toda la tierra se vuelca. (ES. Sandro Quenta,
13012024)
Una vez barbechado no puedes entrar al
mismo surco, tienes que cruzar, a lo cruzado
se hace la volteada. Recién el barbecho se
nota que has trabajado bien. Sino das a lo
cruzado, cómo estaría barbechado así nomás
se nota. (ES. German López, 21012024)
Las familias afirman que, si no se aplica este
principio, el suelo no reunirá condiciones
para obtener altos rendimientos en la
producción. Además, el manejo inadecuado
de los suelos refleja acciones de
desacralización de la tierra. Desde la
cosmovisión aymara, la tierra es sujeto y las
labores agrícolas son una forma de diálogo
con la biodiversidad; por tanto, se merece
respeto, es digna de ser trabajada con sudor
para reproducir la vida. En la comunidad de
Jach’apampa, durante la actividad del volteo,
incluyen la q’upaña y q’ulachaña y
concluyen el ciclo del barbecho; esto
significa que la mayoría de las familias ya no
realizan la kutijaña.
La actividad de kutijaña consiste en el
segundo volteo de los suelos y se realiza a
partir del mes de agosto hasta el mes de
septiembre, de manera que en octubre se
inician las siembras. Además, incluye cuatro
actividades concretas mientras se realiza el
volteo: a) se deshacen los bloques de tierra
compactada (qupaña) empleando la picota
como única tecnología. Las familias que
contratan tractor agrícola afirman que la
misma tecnología realiza este trabajo en
menor tiempo. b) Se realiza el escogido de
las pajas en un sector de la parcela y son
quemadas (q’ulachaña); afirman que las
siembras de papa en sectores de la qallpa
qulachada tienen altos rendimientos. La
ceniza, además de convertirse en abono,
también se constituye en barrera que desvía
la dirección de la helada, protegiendo así los
cultivos. c) Se escogen piedras para facilitar
la apertura de los surcos para la siembra y
para el enraizamiento de las semillas. d) Se
realiza el cavado de zanjas al borde superior
de las parcelas para el desvío del agua cero
(larq’aña); evita la erosión acelerada de las
qallpas y la pérdida de sembradíos por la
abrupta y torrencial caída de las lluvias
impredecibles.
La práctica ritual del barbecho es la fase más
importante para la preparación de los suelos.
Las familias afirman que de ellos dependen
los altos y bajos rendimientos de la
producción de papa. Especialmente con la
roturación y el primer volteo, se expone la
población adulta de los Gorgojos de los
Andes a la luz del sol. Asimismo, el viento
hace su trabajo con la aeración del suelo y las
lluvias penetran las capas de los suelos y son
retenidas para todo el ciclo agrícola
(Godenzzi & Vengoa, 1994).
Práctica ritual de la siembra
Las actividades de siembra varían en cada
comunidad. Las familias agricultoras de
Yarvicoya Rodeo inician las siembras de
papa a partir de las fiestas de la Virgen del
Rosario; según calendario gregoriano, recae
al día 8 de octubre. La siembra de cereales y
forrajes se realiza en el mes de noviembre.
Algunas familias que tienen la posibilidad
para la siembra de haba y arveja, lo hacen de
acuerdo al pronóstico del tiempo;
generalmente siembran a finales de agosto.
En cambio, las familias de Jach’apampa
inician la siembra de papa a mediados de
septiembre. Inclusive las siembras de la oca,
papalisa y quinua se inician en el mes de
agosto. Sin embargo, la siembra de forrajes
se realiza una vez concluida la siembra de
papa, es decir, aproximadamente en el mes de
noviembre.
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La dinamización de la siembra también
requiere ser analizada, resaltando estrategias
para el manejo integral de suelos. A
continuación, se expone el proceso ritual de
Yapuchaña (actividad de la siembra) según
actores, tecnologías e insumos utilizados.
Las familias agricultoras se organizan y se
redistribuyen tareas específicas para llevar a
cabo la siembra de papa. El papá o, en su
ausencia, los hijos mayores son quienes se
hacen cargo de la yunta; generalmente
requieren de conocimientos y estrategias para
el diálogo con los bueyes y la tierra, para
abrir surcos a una profundidad de 50
centímetros más o menos uniformes.
Mientras se abren los surcos, los otros hijos
cumplen la tarea de limpiar los surcos con
picota, para facilitar el depósito de las
semillas; esta actividad se denomina
Umachaña. Mientras los surcos reúnen las
condiciones, la mamá o, en su ausencia, la
hija mayor se cargan las semillas en aguayo
tejido; con ojotas y vestimentas tradicionales,
comienzan a caminar depositando semillas en
los surcos. Cada semilla depositada debe
tener una distancia pertinente; la semillera
hace el cálculo con cada pisada del pie.
Seguidamente, cumple su tarea el guanero; se
carga el guano en costala o saquillo y las
esparce sobre las semillas, calculando la
dosis necesaria. En la actualidad, la mayoría
de las familias emplean el abono sintético; es
otro actor que cumple esta tarea de esparcir
la dosis recomendada sobre el guano y la
semilla. Finalmente, el yuntero regresa
tapando los surcos con semilla sembrada.
Práctica ritual del aporque
Según las familias agricultoras entrevistadas,
el aporque es una práctica ritual para ayudar
al crecimiento de los tallos, enraizamiento y
desarrollo de los frutos de la papa. La
mayoría de las familias hacen la Jallmada y
la Qawada; estas se realizan en dos
momentos temporales distintos.
Las familias agricultoras de la comunidad de
Yarvicoya afirman que para iniciar la
Jallmada aplican la primera fumigada con
karate (agroquímico sintético para la
eliminación de los insectos; afirman que es
una de las alternativas para combatir el
ataque del gorgojo). Días después, comienzan
con la apertura de los surcos, empleando la
yunta en los lugares de planicies y en las
quebradas con Wiluk’u. En cambio, en
Jach’apampa, las familias afirman que no
acostumbran emplear estos insumos
químicos sintéticos; procuran que la
producción de alimentos sea lo más ecológica
posible. Además, expresan que la papa que
cultivan es principalmente para priorizar el
autoconsumo, lo cual les motiva a revalorizar
prácticas para el cuidado de los suelos y la
preservación de la biodiversidad para las
futuras generaciones.
La actividad de la Qawada o Jach’a Laq’a
Apkataña consiste en realizar la segunda
apertura de surcos a una profundidad de 50
centímetros, amontonando la tierra alrededor
de los tallos de las plantas. Esto ayuda al
crecimiento de la planta para su florecimiento
y, posteriormente, para el desarrollo de los
frutos bajo los suelos. En la comunidad de
Yarvicoya se aplica la segunda fumigada con
insecticida antes de la Qawada y es prioridad
la realización de los dos tipos de aporque, ver
figura 2. En cambio, la mayoría de las
familias de Jach’apampa prioriza únicamente
la Qawada; consideran que es suficiente para
la producción de la papa.
El incremento en el uso de plaguicidas
químicos es un tema que está comenzando a
preocupar a las familias de las comunidades.
Ver figura 2. Inclusive en las comunidades
donde aún no se comenzaron a utilizar los
36
Año 17, nº 32, junio 2025CON ciencias Sociales
agroinsumos, actualmente se llegan a
apreciar de manera gradual. Existe ausencia
de políticas que puedan contribuir a la
socialización y capacitación sobre los usos de
agroquímicos. Las familias agricultoras
aplican con base en cálculos empíricos
propios o por recomendaciones de terceros y
sin medidas de protección.
Figura 2
Estrategias empleadas en el cultivo de las
variedades de papa.
Fuente: Elaboración propia con base al círculo de diálogo,
observación participante y entrevista semiestructurada, 2024.
Según los informes de AGRUCO (2011), se
evidencia que en el año 2005 a 2008, durante
la ejecución del proyecto “Transferencia y
adopción de tecnologías postcosecha de papa
chuño en las zonas altiplánicas de Arque,
Bolívar y Tapacarí del departamento de
Cochabamba”, realizaron el registro del uso
descontrolado de agroinsumos sintéticos en
los ayllus Majasaya, Aransaya y Urinsaya.
Afirman que las familias habrían comenzado
a reemplazar prácticas convencionales con la
revalorización e innovación de estrategias
alternativas; por ejemplo, elaboraron
plaguicidas a partir de locoto, yareta y muña.
Sin embargo, en el contexto actual, se ha
identificado que los agricultores han vuelto a
retomar las opciones convencionales
ofertadas por el mercado agroindustrial. Los
factores que motivan estas prácticas y
estrategias están relacionados con obtener
rendimientos altos en la producción. Frente a
estos procesos de reconfiguración social,
espiritual y material, es urgente el diagnóstico
y la evaluación de suelos; evidenciar el nivel
de contaminación que presentan, pero
también, buscar alternativas desde el enfoque
agroecológico.
Práctica ritual de la cosecha
Las familias agricultoras de las comunidades
de Yarvicoya Rodeo afirman que las cosechas
inician a partir de la festividad del Viernes
Santo, correspondiente al mes de marzo. En
cambio, en Jach’apampa inician a mediados
del mes de abril. De acuerdo con las
entrevistas realizadas, son las autoridades
originarias quienes dan el orden oficial para
el inicio de las cosechas, mediante la reunión
comunal. Por tanto, mientras no se emita esta
autorización, ninguna familia puede iniciar
las actividades por decisión propia; están
sujetas a esperar la realización del diálogo
comunitario, en el cual se analiza el tiempo
(intensidad de las lluvias y presencia de las
heladas), la maduración de los sembradíos,
presencia del Gorgojo de los Andes y la
presencia de las enfermedades (Juyllu y
Janq’a) que amenazan a la producción de la
papa (Mamani, 2022). Finalmente, cuando se
logra concretar la convivencia comunitaria,
se generan consensos y se emite la
autorización para iniciar las actividades de las
cosechas.
Las principales actividades de la cosecha son:
escarbada, selección, comercio y
transformación de papa, cortado de forrajes,
trillado de quinua y cebada; ver cuadro 2.
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Cuadro 2
Características de la producción de papa
según comunidad.
Fuente: Elaboración propia con base a las entrevistas
semiestructuradas y círculos de diálogo, 2024.
La cosecha de papa es totalmente a pulso con
empleo del Wiluk’u (herramienta para
escarbar). Con la finalidad de reducir el
tiempo y la fuerza de trabajo, las familias
optan por la práctica ritual del ayni y la
umaraqa. A través de estas estrategias
recíprocas concluyen las actividades de la
cosecha en menor tiempo y generando un
proceso de convivencia comunitaria en las
aynuqas. Según los saberes locales
identificados, la cosecha de papa no puede
ser realizada si las familias no preparan la
Wathia (preparación del banquete ancestral;
es la cocción de la papa nativa en la tierra
calentada con leña, bosta o paja brava) en las
mismas parcelas de cosecha. Este acto ritual
alimentario significa extender el
agradecimiento a la Madre Tierra por haber
permitido la reproducción de los alimentos.
A tempranas horas de la mañana, los
agricultores comienzan a escarbar tres a
cuatro canastas de papa; seguidamente
preparan la Phina. Esta estrategia la viene
heredando desde los abuelos; consiste en
raspar la tierra en circunferencia y se tiende
paja de manera uniforme. Toda la papa
cosechada hasta el momento y durante la
jornada es almacenada en la Phina; mientras
dure el día, la papa cosechada es soleada y al
final del día es cubierta con otra capa de paja
y tierra de un grosor de 4 centímetros
aproximadamente. Esta forma de
almacenamiento es temporal; una vez que se
concluye con la cosecha, se vuelven a
destapar las phinas para realizar la selección
de la papa destinada para el comercio (en
Yarvicoya Rodeo son comercializadas por
mayor desde las mismas qallpas a los
ranqhiros que llegan en camiones), consumo
familiar, semilla, elaboración de chuño y
tunta, ver cuadro 2.
Otra de las estrategias para el
almacenamiento para la postcosecha es el
38
Año 17, nº 32, junio 2025CON ciencias Sociales
Yarvicoya
Rodeo
Calidad y tamaño de la papa
Chapara: papas de tamaños grandes.
Qulqi: papas medianamente grandes.
Qulqi murmu: papas medianos.
Murmu; papas medianamente menudos.
Chili murmu: papas menudos.
Estrategias para la selección de semillas
Se selecciona de los murmus y chilimurmus.
La semilla debe tener ojos circulares.
Debe tener un buen aspecto estético.
No debe tener rastros de agusanamiento.
En preferencia, es más ventajoso si la semilla ha
sido verdeada en sombra.
Productos transformados de la papa
Chuño (papa deshidratada con helada natural y
secado con el sol)
Papas de la categoría la categoría de murmus
chilimurmus.
Papas que han sido afectadas por
agusanamiento.
Tunta (papa deshidratada con helada natural,
agua de los río y secado al sol)
Salen de la categoría qulqi murmu y de la
variedad de papa Luk’i.
Comercio de la papa
Papas de la categoría achaparra qulqi y qulqi
murmu.
Las estrategias de comercio son: entrega al por
mayor en la misma comunidad y venta al por
menor en las ferias locales de Confital, Pongo y
Japo K’asa del Depto. Cochabamba.
Jach’apa
m pa
Calidad y tamaño de la papa
Chapara: papas de tamaños grandes.
Qulqi: papas medianamente grandes.
Qulqi murmu: papas medianos.
Murmu; papas medianamente menudos.
Chili murmu: papas menudos.
Estrategias para la selección de semillas
Debe tener un buen aspecto estético.
Se selecciona de los murmus y chilimurmus.
No practican el verdeado de semillas.
Los brotes de las semillas en el k’ayru o en el silo
se rompen antes de ser sembrados porque son
perjudiciales para el brote.
Productos transformados de la papa
Chuño (papa deshidratada con helada natural y
secado con el sol)
Papas de la categoría la categoría de murmus
chilimurmus.
Papas que han sido afectadas por
agusanamiento.
Tunta (papa de los río y secado al sol)
Salen de la categoría qulqi murmu y de la
variedad de papa Luk’i.
Comercio de la papa
Comercializan los pocos excedentes con la
finalidad de diversificar la dieta alimentaria y
cubrir gastos de primera necesidad familiar. Por
tanto, venden por arroba y cuartilla en ferias de
Confital y Japo K’asa y en plena carretera
interdepartamental.
K’ayru. Las familias agricultoras de
Yarvicoya Rodeo han dejado esta práctica
tradicional, justificando que los animales de
pastoreo comienzan a escarbar y se los come
la papa. También atribuyen a la invasión del
gorgojo de los Andes que la papa, al estar
almacenada en K’ayru protegida únicamente
por paja y por una capa de tierra, los gusanos
de papa entran con mayor facilidad. Algunas
familias refieren que cuando las semillas
brotan de los k’ayrus sufren daños y, para
evitar las pérdidas, prefieren almacenar en
silos o pirhuas, donde hacen el verdeo como
estrategia para robustecer y dar mayor
resistencia a las semillas frente a los adversos
del desequilibrio climático y al ataque de
plagas. En cambio, en Jach’apampa, el k’ayru
sigue vigente; especialmente son utilizados
para el almacenamiento de las semillas con
temperatura y humedad controlada por la
propia naturaleza, de esta manera se evita el
traginaje brusco de las semillas que afecta a
su calidad para la siembra (García & Cadima,
2003).
Conclusiones
Las comunidades aún están dando
continuidad al fortalecimiento del manejo de
suelos con base al sistema de aynuqas. Sin
embargo, existen cambios profundos en las
prácticas y estrategias empleadas durante el
ciclo agrícola:
Comunidad de Yarvicoya Rodeo
Existe mayor uso de agroquímicos,
especialmente plaguicidas, para combatir el
Gorgojo de los Andes y las polillas.
El manejo agroecológico de los bioinsumos
impulsado por instituciones como AGRUCO
no ha sido sostenible. Las familias
agricultoras han retomado el camino de las
prácticas convencionales con la finalidad de
obtener resultados inmediatos.
Si bien se da continuidad a la diversificación
y rotación de suelos y semillas, la
priorización de las variedades de papa
comercial (waych’a) ha generado mayor
desequilibrio en los sistemas de vida. La
presencia del Gorgojo de los Andes, que en
años anteriores era menor, actualmente hay
mayor proliferación y son más resistentes a
los plaguicidas. La aplicación de los
agroquímicos sin capacitación técnica ha
generado la disminución de los
microorganismos, como ser la población de
lombrices y ranas (controladores naturales de
insectos).
Existe una notable reducción de la cubierta
vegetativa, especialmente en las aytas de
arriba (ver figura 1), los suelos están
quedando en estado desértico. Por tanto, se
presencia mayor erosión de suelos con la
presencia de lluvias torrenciales. De acuerdo
a las percepciones de las familias
agricultoras, el agua de la lluvia que cae sobre
la tierra comienza a resbalar; de un día para
otro los suelos están secos y cada vez más
compactos.
Las familias reflejan sus preocupaciones
sobre la degradación de la tierra comunitaria.
Afirman que requieren alternativas más
ecológicas para el control de plagas, mientras
combaten con lo que les ofrece el mercado.
Asimismo, la economía familiar de la
comunidad depende de la producción y el
comercio de la papa. Por tanto, para no llegar
a tener pérdidas, están obligados a aplicar
agroquímicos. Finalmente, expresan que
carecen de políticas que fomenten la apertura
de mercados para el comercio directo y así
evitar intermediarios que especulan con los
precios.
Comunidad de Jach’apampa
Los suelos cultivables de las aynuqas
atraviesan la invasión del Gorgojo de los
Andes. Además, el aumento de esta plaga
atrae al zorrino andino o Añatuya, que, al
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buscar su alimento preferido, el gusano de la
papa, excava y desentierra las semillas
previamente sembradas.
Las familias agricultoras aún emplean
estrategias tradicionales para el manejo de
suelos en todo el ciclo agrícola. Sin embargo,
se está comenzando a presenciar la
implementación de prácticas convencionales
con el uso de agroquímicos sintéticos.
La producción alimentaria no está destinada
al comercio; priorizan el autoconsumo
familiar y los mínimos excedentes son
comercializados en ferias locales con la
finalidad de abastecerse de otros alimentos.
Existe una importante cubierta vegetativa en
las aynuqas; esto se debe a que un mayor
porcentaje de la extensión de la tierra
comunal se caracteriza por poseer suelos
rocosos. Por tanto, los suelos cultivables son
mínimos y, en consecuencia, la producción
agrícola en parcelas pequeñas no motiva la
deforestación de suelos. Sin embargo, el uso
gradual y acelerado de los agroquímicos de
alta letalidad puede poner en peligro de
extinción la biodiversidad.
Las familias agricultoras plantean propuestas
enfocadas a promover y fortalecer estrategias
agroecológicas para combatir la proliferación
del Gorgojo de los Andes, polillas y
enfermedades. Además, para el control
integral de las palomas que destruyen las
plantaciones de quinua, trigo, cañawa y
cebada. Asimismo, plantean sus
preocupaciones por la ausencia de proyectos
referidos a la implementación de sistemas de
riego para la producción de hortalizas con la
finalidad de generar ingresos económicos y
diversificar la dieta alimentaria.
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