64 · Con-Sciencias Sociales, 14(26), enero-junio 2022

LA ECONOMÍA DEL DON EN LA DANZA
DE LA PINKILLADA

ECONOMICS OF GIFT IN THE
DANCE “PINKILLADA”

Valeria Bellott Andia
valeria.bellott@gmail.com

Valeria Bellott Andia

Boliviana. Licenciada en Antropología, Profesora de Artes en Danza mención
Expresión Corporal. Docente en la Carrera de Antropología de la Universidad
Católica Boliviana “San Pablo”. Correo electronico: valeria.bellott@gmail.com
ORCID: https://orcid.org/0000-0003-1290-443X

Esta obra está bajo una licencia de Creative
Commons CC BY-NC 4.0

BELLOT, Valeria. (2022). “La economía del don en la danza de la
pinkillada”. Con-Sciencias Sociales, Año 14 - Nº 26 - 1.er semestre 2022 pp.

64-72 Universidad Católica Boliviana “San Pablo”. Cochabamba

Con-Sciencias Sociales, 14(6): 64 - 72, enero-junio 2022
ISSN 2074-0700 / e-ISSN 2788-8452

DOI: https://doi.org/10.35319/consciencias.202226138

ISSN 2074-0700 / e-ISSN 2788-8452 · 65

RESUMEN

El contenido del presente ensayo aborda el análisis de la
danza ritual de la Pinkillada, como un don ofrendado a la
Pachamama durante la fiesta de carnaval en la comunidad de
Tumuyo. Basado en información obtenida por medio de inves-
tigación etnográfica y enmarcado en una lógica de economía
del don, podemos comprender que la Pinkillada como ofrenda
es un hecho que responde a una serie de necesidades socia-
les, económicas y religiosas, inserto en el sistema triádico de
obligaciones de dar/recibir/devolver.

Palabras clave: Cosmovisión andina, danza, economía del
don.

ABSTRACT

The content of this essay addresses the analysis of the ritual
dance known as Pinkillada, as a gift offered to Pachamama
during the carnival festivity in the Tumuyo community. Based
on data obtained through ethnographic research and framed
within a logic of economics of gift, we can understand that
the Pinkillada as an offering is a fact that responds to a series
of social, economic and religious needs, inserted in the triadic
system of obligations of giving /receiving /returning.


Key words: Andean worldview, dance, economics of gift.

RESUMO

O conteúdo deste ensaio aborda a análise da dança ritual da
Pinkillada, como presente oferecido a Pachamama duran-
te a festa carnavalesca na comunidade Tumuyo. Com base
em informações obtidas através de pesquisas etnográficas e
enquadradas numa lógica de economia da dádiva, podemos
compreender que a Pinkillada como oferenda é um facto que
responde a uma série de necessidades sociais, económicas e
religiosas, inseridas no sistema triádico de obrigações de dar /
receber/retornar.

Palavras-chave: cosmovisão andina, dança, economia da
dádiva.

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1. INTRODUCCIÓN

Todo grupo social posee su propio sistema económico. Éste
condensa un conjunto de características para las relaciones
sociales, la producción e interpretación de necesidades y las
condiciones para los procesos de satisfacción de tales nece-
sidades, con particularidades culturales y del contexto en el
que se desenvuelven. Basándonos en información obtenida
a través de la realización de investigación etnográfica, se
analiza el caso específico de la danza ritual de la Pinkillada
ejecutada al interior de la fiesta de carnaval en la Comunidad
de Tumuyo, tomando en consideración el hecho de cómo los
actores económicos son complementarios entre sí: La co-
munidad y la Pachamama. Un escenario en el que la acción
ritual de la danza/música es determinante para la subsistencia
al re-actualizar las relaciones de reciprocidad, complementa-
riedad, correspondencia y ciclicidad, gracias al cuerpo como
medio de encarnación y como un don simbólico ofrendado a
la Pachamama.

La danza ritual de la Pinkillada forma parte de un amplio
sistema de relaciones sociales y sagradas, ligado a relaciones
económicas, emocionales y fundamentalmente colectivas. En
este ensayo se pretende exponer la conexión entre la danza y
la economía del don en el caso específico de la Pinkillada en
la comunidad de Tumuyo, teniendo como punto de partida la
reflexión multidimensional de la reciprocidad.

Veremos que este intercambio de dones en la lógica de corres-
pondencia recíproca no se trata de un simple intercambio de
servicios, sino que se trata del establecimiento de modos de
vinculación, con una forma de ser y hacer, como necesidad
y como deber. De este modo, se analiza el hecho económi-
co teniendo en cuenta la relación entre su cosmovisión y el
agrocentrismo predominante, el soporte socio religioso en el
que habita y le da sentido, la danza como acción económica al
ser el don que se ofrenda y la contraparte en retribución para
el equilibrio del sistema.

El presente ensayo deviene de una investigación iniciada a
fines del año 2016, tiempo con énfasis puesto en la compo-
sición simbólica de las danzas rituales y su significado. Más
tarde, la atención mudaría a la relación entre cuerpo y reli-
giosidad al interior de la danza. Los últimos tres años, con un
interés sustancial en la relación entre los procesos migratorios,
los cambios en las prácticas agrícolas y las prácticas rituales,
inevitablemente, el énfasis pasó al análisis del vínculo entre
la economía con la danza ritual, desde distintas perspecti-
vas. Ya que ello implica una suma complejidad, este ensayo
únicamente expone una breve mirada —desde la antropología
económica— del sentido de la economía del don entre la co-
munidad de Tumuyo y la Pachamama, expresado en la danza
de la Pinkillada.

2. CONTEXTUALIZACIÓN

Tumuyo es una pequeña comunidad localizada al sudoeste del

departamento de Cochabamba, en la Provincia Tapacarí, en
Bolivia. Se trata de una población campesina de raíz cultural
quechua, con algunos rasgos de la cultura aymara. Al encon-
trarse geográficamente alejada de otras comunidades y más
aún de centros urbanos, se mantienen muchos rasgos, costum-
bres, prácticas y creencias culturales tradicionales.

La cosmovisión en esta comunidad es muy próxima a la cos-
movisión andina, compartida con muchas comunidades de la
región. Al interior de esta cosmovisión existen cuestiones muy
importantes a considerar para el presente ensayo:

Concepción de Pacha: Pacha es mundo, cosmos,
la unidad de espacio-tiempo, es todo lo que existe
unido e integrado, manteniéndose en constan-
te movimiento. Existe la concepción que todo
aquello que existe en Pacha está interrelacionado,
por tanto, cualquier acción repercute en todo el
sistema. De ahí que todos son responsables del
equilibrio del cosmos.

Tres niveles espaciales: Janaq Pacha (conside-
rado el mundo de arriba, donde habitan los seres
celestiales, deidades, espíritus), Kay Pacha (con-
siderado el mundo terrenal, el aquí donde viven
las personas, plantas y animales) y Ukhu Pacha
(considerado el mundo de abajo, habitado por
otros seres y espíritus, entre ellos la Pachamama).
Estos tres espacios están en dinámica y relación
constante.

Principios que rigen el cosmos: La relacio-
nalidad
o interrelación es una ley básica para
la existencia y se encuentra conectada a cuatro
principios: La complementariedad vinculada a la
polaridad (entre lo femenino y lo masculino, arriba
y abajo, derecha e izquierda, etc., oposiciones que
permiten construir lo completo), la correspon-
dencia (todos los campos de la realidad se corres-
ponden armoniosamente entre sí), la reciprocidad
(un acto de correspondencia como contribución
complementaria a otro acto), y la ciclicidad (el
espacio-tiempo se manifiesta en una forma espiral,
una sucesión periódica de ciclos).

En esta región el ciclo de un año se divide en dos: El tiempo
seco y el tiempo húmedo. El tiempo seco abarca entre el mes
de abril a octubre, una época sin agua, con heladas y a veces
muy difícil de sobrellevar. Por otro lado, el tiempo húmedo es
de noviembre a marzo, una época de mucha abundancia con la
llegada de las lluvias, florecen los sembradíos, se cosechan los
alimentos, etc. y cerca de concluir precisamente este tiempo
de abundancias se festeja el carnaval.

Tumuyo es una comunidad agrícola, razón por la cual su ca-
lendario de trabajo, su economía y su calendario religioso gira
en torno precisamente al ciclo agrícola. En este sentido, los

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ritos agrícolas se convierten en el medio para asegurarse que
la Pachamama —dueña de la tierra— les provea una buena y
abundante cosecha, velando no por sus intereses individuales,
sino por el bien común y el equilibrio del todo.

El carnaval es una de las fiestas más importantes en el año, ya
que significa asegurar su subsistencia, reforzar lazos intra-co-
munales, intercomunales y con el universo. En este sentido,
la danza y la música son modos de satisfacer los deseos de la
tierra y así también satisfacer los suyos propios.

3. LA DANZA EN INTERRELACIÓN CON LA ECONO-
MÍA

Analizar todo el hecho económico requiere una mayor exten-
sión de páginas y no podrá ser cubierto en este breve ensayo.
Nos abocamos a aprehender una parte de la complejidad,
analizándola desde el soporte socio religioso en que habita y
le da sentido. Para ello, centramos la atención en las siguien-
tes cuestiones: La acción económica del don que se ofrenda,
el contexto de la acción económica que, al mismo tiempo,
sustenta la contraparte en retribución para el equilibrio del
sistema.

3.1. EL RITUAL COMO ACCIÓN ECONÓMICA

La fiesta de carnaval se desarrolla a lo largo de varios días y
se conforma por diversos rituales: El pikchay, la wilancha,
la ch’alla, la q’uway, la danza y música de la Pinkillada y la
Qhunqhuteada. Cada uno de estos rituales mencionados tienen
sus propias finalidades y funciones al interior de la fiesta, pero
todos se interpretan como pequeñas ofrendas o dones que la
comunidad realiza para la Pachamama, como una forma de
retribuir las bondades de la tierra y nutrir su apetito, mantener
el equilibrio del todo, marcar el tiempo estacional simbólico y
renovar los lazos de vínculos familiares y sociales. En el caso
de las danzas, estando atravesadas simbólicamente por todas
sus creencias, posibilitan la encarnación del mundo, el relacio-
namiento y reconstitución del equilibrio del ‘todo’, además de
condensar simbólicamente aquello que se requiere para dar y
devolver a la Pachamama.

El día martes de ch’alla inician los festejos de carnaval,
aunque los preparativos de esta fiesta inician varios días antes
(por ejemplo, para la elaboración de la chicha). Cada año
hay una familia pasante de la fiesta, la cual se hace cargo de
proveer toda la comida y bebida, mientras que el resto de la
comunidad apoya en la elaboración de todo lo que se consu-
mirá. Durante este día, dos prácticas que se dan simultánea-
mente y son de gran importancia: La preparación de la comida
y el inicio de la danza/música. Principalmente son las mujeres
las que se encargan de cocinar, mientras los hombres comien-
zan afinando sus pinkillus, fuman y pikchean coca, charlan y
hacen chistes. Los hombres comienzan a tocar y bailar desde
temprano, mientras beben chicha y alcohol. Cerca de la media
tarde se realiza la ch’alla y se sirve la comida principal para
todos, para luego seguir bebiendo y bailando. Por la noche se

da el baile principal, en el cual todos y todas participan (c.f.
Bellott, 2017).

Al considerar a la Pachamama como propietaria de la tierra y
todo lo que provenga de ella, es a ella a quien deben dirigir-
se las danzas, ofrendas y dones. Ello se comprende desde la
lógica de la economía del don, en la cual se espera que todo
don que se entrega sea correspondido, ya que todo don que se
recibe nos conduce a la acción recíproca y debe ser devuelto.
De este modo, se genera una circulación del don, vinculando
la dependencia del otro para la propia subsistencia. Ello se
justifica con el sistema triádico de obligaciones: La obligación
de dar, la obligación de recibir y la obligación de devolver.

La Pinkillada es un ritual que se ofrenda a la Pachamama,
materializado como una danza/música interpretada el martes
de ch’alla, al interior de un íntimo festejo en la comunidad de
Tumuyo. La denominación de esta danza/música viene de su
relación con los instrumentos que se utilizan, los cuales son
los pinkillus, que son flautas rectas de pico con perforaciones
de digitación que se ejecutan a través de la insuflación.

Coreográficamente es una danza muy sencilla: Los hombres
bailan en círculos, se desplazan en un sentido durante una
frase musical, en el cambio de frase giran sobre sí mismos y
cambian el sentido del desplazamiento. Mientras las mujeres
realizan lo mismo en un círculo por fuera de los hombres,
pero siempre desplazándose en el sentido opuesto a los hom-
bres. Por otro lado, la cualidad kinésica predominante es del
movimiento con una direccionalidad del peso y la intención
energética hacia abajo ¿Cómo se interpreta todo esto? Con los
principios que rigen el cosmos desde su perspectiva andina y
particular de la comunidad (c.f. Bellott, 2017).

Existe una complementariedad entre lo femenino/masculino
(en doble sentido espacial, porque se complementan hombres
y mujeres siempre manteniendo un equilibrio espacial, y tam-
bién porque se complementan los espacios del Kay pacha que
es donde habitamos los seres humanos y el Ukhu pacha que es
donde está la Pachamama. Dentro de la concepción andina de
esta región, la energía femenina predomina en la Pachamama,
por tanto, se le ofrenda energía masculina. Por esto, los hom-
bres van al centro y tienen mayor protagonismo con la música
y danza. En cambio, las mujeres cumplen un rol de contención
y acompañamiento y completando en el espacio Kay pacha
lo comunitario. Se complementan el arriba/abajo, el adentro/
afuera, la derecha/izquierda, y son estas oposiciones las que
permiten lo completo.

Por otro lado, se resalta la ciclicidad como principio: Ciclici-
dad espacio temporal por el mismo desplazamiento continuo
que hacen en dos sentidos complementarios y también por la
dinámica que encarnan como comunidad. Esto es interesante
de pensarlo a nivel simbólico gestual: En varias entrevistas se
identificó que para ellos era una dificultad poner en palabras
ciertas cuestiones, pero gestualmente se expresaban estas
concepciones. Cuando hablan de la comunidad se encuentra

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el gesto recurrente de circularidad en un plano horizontal. En
cambio, cuando se refieren a la relación con las deidades, los
espíritus, los muertos, la Pachamama, la lluvia, etc., el gesto
recurrente es de circularidad en un plano vertical; y cuando se
refieren a Pacha, al todo interrelacionado el gesto es esférico
tridimensional. En el caso de la danza, estos gestos simbólicos
se encarnan como comunidad en un cuerpo colectivo.

La Pinkillada al tratarse de un elemento cultural que condensa
y unifica eficazmente lo imaginario y lo real, es el significante
más pleno y cargado de sentido, hablando a través de los ges-
tos, los cuerpos y el movimiento, “es sagrado, en la medida en
que dice lo indecible, en tanto que representa lo irrepresenta-
ble, es el objeto cargado con el valor simbólico más intenso”
(Godelier, 1996, p.249). La danza/música en este caso, brinda
la posibilidad de poder actuar sobre el curso de las cosas a
través de los seres que poseen el poder de intervenir en la rea-
lidad. De este modo, la cosmovisión es el texto interpretativo,
la red de sentido, hallándose en los cuerpos, en la danza, en
la música, en la organización y distribución espacio temporal.
Es la voluntad de la comunidad la que pone en movimiento
el equilibrio universal, “son relaciones sociales lo que se
reproduce y coordina, es la sociedad en su conjunto lo que
se re-crea, sean cuales fueren la forma y grado de conciencia
que los actores tengan, individual y/o colectivamente, de esas
necesidades” (Godelier, 1996, p.151).

La danza de pre-cosecha es el don que se otorga a la Pacha-
mama
, el cual desde la perspectiva de M. Mauss (2009) puede
considerarse como un hecho social total: En tanto contiene y
une, a la vez, algo que procede de las personas y algo que está
presente en sus relaciones, consigue totalizarlas y simbo-
lizarlas en su práctica y en los objetos que la materializan.
La danza/música se convierte en un elemento esencial de la
producción-reproducción de las relaciones sociales objetivas e
intersubjetivas, formando parte simultáneamente de la forma
y del contenido de esas relaciones, “el don, en tanto acto, pero
también como objeto, puede representar, significar y totali-
zar el conjunto de las relaciones sociales del que es a la vez
instrumento y símbolo” (Godelier, 1996, p.154).

No queda duda alguna de que la Pinkillada se desenvuelve
al interior de una red de sentido muy compleja: Primero, se
trata de un cuerpo simbólico colectivo, ya que es la relación e
interacción entre cuerpos como comunidad la que permite la
acción ritual, no existiría vida sin la posibilidad de ser con los
otros. Segundo, se trata de un cuerpo en constante movimien-
to, ya que no se puede pensar a la comunidad como un grupo
de cuerpos estáticos o simplemente ejecutores de formas, sino
que se trata de danzantes llenos de vida que comparten con
los otros un mismo tiempo y un sentir colectivo, expresan su
arte y renuevan su mundo, bailan y tocan siendo todos, un
solo cuerpo: El de la comunidad. Tercero, en el devenir del
movimiento en la danza se construye un lenguaje codificado,
el cual comunica un algo significativo, vinculado a la cosmo-
visión compartida y reiterada. Cuarto, la danza tiene un fin
práctico vinculado, por un lado, a la vida cotidiana y la subsis-

tencia, y por otro, al mundo de las creencias compartidas que
pasan a ser también hechos sociales comunitarios.

Con esta danza ritual no se desea representar, sino que se es,
es la danza la que permite habitar el mundo de las creencias
compartidas, permite la relación con los otros, permite pedir
y agradecer, posibilitando de esta forma una intervención
directa e indirecta en favor del bienestar económico futuro y
con ello la subsistencia. Y en este sentido, la danza, al ser un
don simbólico materializado, se convierte en la posibilidad
re-constitutiva del equilibrio universal.

3.2. SOPORTE RELIGIOSO DE LA ACCIÓN ECONÓ-
MICA

La relación entre estos actores: Comunidad y Pachamama,
existe permanentemente y en dinámica constante, donde
las fiestas son una parte más de ese todo. Concordando con
Godelier, “ninguna religión se reduce a un tráfico mercantil
entre los hombres y los dioses. Hay una actitud, un sentimien-
to de la mente y del cuerpo, que se corresponde con la deuda
original que los hombres contraen con sus dioses, y ésa es la
actitud del creyente” (Godelier, 1996, p.275). Es inevitable
tomar en cuenta esta relación entre la comunidad y lo sagrado,
entre la comunidad y el espacio que habitan y significan, para
así poder comprender su accionar económico, ya que la creen-
cia se convierte en el justificativo de sus prácticas.

La reciprocidad existente entre la comunidad y la tierra se
manifiesta en los dones que se le ofrecen a la Pachamama en
agradecimiento por lo que ella provee. Parte de esta recipro-
cidad implica que ésta tiene necesidades, que requiere de
ciertos elementos simbólicos que nutran su apetito, algunos de
los cuales son similares a los gustos humanos (hojas de coca,
tabaco, bebidas, dulces, etc.), por tanto, la comunidad brinda
dones a la Pachamama, esperando que ella en retribución
brinde prosperidad. Esta relación de ida y vuelta constante se
trata de una serie de obligaciones, de gratitud y una relación
horizontal en el cohabitar, las cuales responden a formas
específicas de concebir y confrontar sus necesidades como
comunidad.

Los motivos específicamente económicos […] siempre
actúan allí donde la satisfacción de una necesidad, por
muy inmaterial que ésta sea, está ligada a la utilización
de unos medios externos limitados. Por ello, su poten-
cia no [sólo] ha determinado y transformado siempre la
forma de la satisfacción, sino también el contenido de
las necesidades culturales, incluso en su manifestación
más íntima. La influencia indirecta de las relaciones
sociales, instituciones y agrupaciones humanas, some-
tidas a la presión de intereses «materiales», se extiende
(a menudo de forma inconsciente) a todos los campos
de la civilización sin excepción, incluso a las más
finas matizaciones del sentimiento estético y religioso.
(Weber, 1977, p. 34)

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En el caso específico del carnaval en la comunidad de Tumu-
yo, las necesidades entretejidas a satisfacer son varias y en
distintos niveles: La necesidad primaria de alimentación, la
necesidad de protección y seguridad económica, la necesidad
social de pertenencia e interrelación social, la necesidad de
auto-reconocimiento como parte de un todo universal, y la ne-
cesidad de autorrealización moral y espiritual. De este modo,
los rituales de carnaval se constituyen y comprenden como
ofrendas realizadas para la Pachamama con el fin de satisfa-
cer necesidades múltiples: En forma de don que retorna como
pago, en agradecimiento por lo recibido y también como un
don que se entrega de manera anticipada por el bienestar fu-
turo. “En ese sentido podemos establecer niveles de acción so-
cial específicamente económica y acción social de relevancia
económica que, al quedar articulados, nos permiten entender
a la economía como socialmente soportada” (Gómez, 2004, p.
150). Se trata de una relación de intercambio de dones entre la
comunidad y su protectora, con el fin de satisfacer las necesi-
dades antes mencionadas. Es decir que este hecho es social-re-
ligioso con relevancia económica. Los hechos religiosos están
condicionados económicamente y asimismo la economía está
condicionada culturalmente. Son formas de ser, hacer y pensar
particulares que influyen a concebir las necesidades y las
posibilidades de satisfacerlas.

Ahora bien, la voluntad de realizar los rituales va más allá de
solo ser recíproco o de pagar un don obtenido, es sino recons-
tituir el equilibrio como un deber colectivo y responsabilidad
de interrelación con el todo. El comportamiento religioso coe-
xiste con el comportamiento económico, aproximándose para
alcanzar sus fines últimos. La bonanza agrícola y el bienestar
del mundo no se logra sin hacer nada, requiere de la voluntad
e intervención de todos los actores que lo habitan.

En suma, lo que se manifiesta a través de los objetivos
que persiguen, las decisiones que toman, o las accio-
nes que emprenden voluntariamente los individuos y
los grupos que componen una sociedad dada, no son
solamente sus voluntades personales, sino necesidades
a-personales o impersonales ligadas a la naturaleza de
sus relaciones sociales, necesidades que resurgen sin
cesar de la producción-reproducción de dichas relacio-
nes (ya se trate de relaciones de parentesco, de poder,
de relaciones con los dioses y los espíritus de los muer-
tos, etc.) (Godelier, 1996, p.151).

De este modo, retribuir las bondades de la tierra y nutrir
su apetito conlleva en simultáneo el hecho económico de
intercambio de dones, el hecho religioso y mantenimiento de
equilibrio de Pacha y el inicio simbólico de un nuevo ciclo
por medio de los diversos rituales que se llevan a cabo. En
este sentido, la danza/música de la Pinkillada toma mayor
protagonismo al interior de la fiesta, en especial durante el
martes de ch’alla, ya que la eficiencia ritual alcanza su punto
más alto y completo por el carácter simbólico del que se
compone, posibilitando de esta forma el alcance del objetivo
económico-religioso final. La satisfacción de las necesidades

se vincula a la calidad del acontecimiento, condicionada por
el sentido cultural de la práctica en sí. Es así como la mayor
eficiencia se logra a través de la acción de la comunidad como
un solo cuerpo colectivo danzante y partícipe activo de la
fiesta, guiados por la estructura moral y su red de creencias.

Con el ritual de la danza se corresponde en reciprocidad
los actos de la Pachamama, se complementan los opuestos,
posibilitando un algo completo dinámico y cíclico, y con todo
ello se mantiene el equilibrio del todo al ir en coherencia con
el principio de relacionalidad. “No podemos esperar que
la tierra de así sin nada a cambio y sin que hagamos nada.
Nosotros tenemos la obligación de alimentarla [a la Pacha-
mama], por eso le damos comida, chicha y bailamos todo el
día”
(Entrevista Doña Gabriela, 2018). Es evidente que la
danza/música de la Pinkillada se desenvuelve como un hecho
social entre la religiosidad y la economía, formando parte
de un amplio sistema de relaciones universales y sagradas,
estableciendo una conexión integral entre la esfera económica
y la ritual religiosa.

4. LA DESACRALIZACIÓN DEL HECHO ECONÓMI-
CO

Los últimos años comenzó a visibilizarse un incremento signi-
ficativo de cambios en la cultura de la comunidad de Tumuyo
—al igual que en muchas comunidades de la región—, debido
a distintos factores de movilidad social, afectando multidi-
mensionalmente a prácticas, costumbres, creencias y formas
de interrelación tradicionales de la comunidad. Ya que esto
implica una complejidad de magnitud amplificada, quedará
pendiente para otro escrito el desarrollo de estos factores,
pero parece necesario al menos mencionarlos en este ensayo,
ya que estos cambios están impactando de forma acelerada,
demostrando una nueva realidad coexistente y que poco a
poco se convierte en predominante. Los factores identificados
son los siguientes:

a)Incremento de cambios debido a la educación secun-
daria. La comunidad de Tumuyo se encuentra alejada
de otras comunidades y centros urbanos, lo que le
permitió, durante largo tiempo, mantener su cultura y
estilo de vida tradicional, al no estar continuamente en
contacto con agentes externos (delimitando el contacto,
únicamente, a los momentos de intercambios por true-
que de sus productos con comunidades vecinas, fiestas
de la región y gestión territorial). La comunidad cuenta
con una escuela de educación primaria, en la cual los
estudiantes reciben su formación en lengua quechua.
Las referencias utilizadas son de su propia cultura
y realidad, y el español es una materia más del plan
curricular. Sin embargo, cuando cumplen este ciclo de
formación y corresponde continuar con la educación
secundaria deben desplazarse nueve kilómetros cada
día hasta la comunidad de Tunas Vinto, una pequeña
población. En dicha escuela el panorama es comple-
tamente distinto, ya que los profesores exigen a los

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estudiantes que eviten hablar en quechua y mejoren su
español, que dejen sus costumbres y aspiren a dejar su
comunidad para irse a la ciudad, lugar donde hallarán
el “progreso”. Esto genera una transformación signifi-
cativa en el comportamiento de los estudiantes, quienes
poco a poco van llevando esos cambios a sus familias,
o resultan en quiebres al no participar de rituales, no
actualizando sus creencias, cosmovisión, ni memoria
colectiva.

b)Incremento de cambios debido a las migraciones
temporales. Tumuyo al ser una comunidad agrícola su
calendario de trabajo se rige por éste, teniendo épo-
cas precisas para la preparación del terreno, para la
siembra, para la limpieza de malezas, para la cosecha.
Así también, hay épocas en las que la tierra descansa
y no se la trabaja. Es en este momento de descanso de
la tierra que pobladores de la comunidad (en especial
hombres) aprovechan para ir a la ciudad a trabajar para
poder ganar dinero. Este lapso en el que algunos de los
pobladores están fuera de la comunidad, estos adquie-
ren hábitos, creencias, comportamientos y horizontes
de vida muy distintos a los propios de la comunidad,
las cuales llevan consigo en su retorno. Estos cambios
conducen a una significativa transformación en las for-
mas de relacionamiento social y las formas de produc-
ción agrícola, ya que se deja el paradigma comunitario
y ritual religioso, mientras se incrementa el uso de
pesticidas, fertilizantes artificiales y semillas alteradas
genéticamente para la abundancia de la producción, lo
cual resulta en un abandono de las prácticas religiosas
y comunitarias.

c)Incremento de cambios por la entrada de grupos
evangelizadores. Debido a distintas circunstancias (en-
tre ellas las migraciones temporales), los últimos años
aumentó la presencia de personas practicantes de la
religión evangélica en la comunidad, lo cual continúa
en expansión, ejerciendo una formidable presión sobre
los nuevos conversos para que abandonen sus creen-
cias y prácticas tradicionales, conduciéndose así por el
camino del ‘progreso’ y la ‘salvación’. Este cambio en
las creencias y formas de confrontar la vida resulta en
la fragmentación de la comunidad, al comenzar a darle
mayor importancia a lo individual y no así a lo social,
ya que el progreso económico o la salvación espiritual
dependen únicamente de los actos individuales. Por
tanto, ya no se toma en cuenta el deber cósmico al ser
parte de Pacha, sino la acción en pro del interés indi-
vidual. Ello implica que la participación en los rituales
tradicionales, como en la fiesta de carnaval, sea cada
vez menor. El ritual ya no es garantía de bienestar.

d)Incremento de cambios debido al involucramiento
del Estado. Si bien esto no es un hecho reciente, los
últimos años la presencia del Estado fue más notoria
con los proyectos llevados a cabo, como la construc-

ción de viviendas (las cuales no son coherentes con
sus prácticas cotidianas. Por tanto, están en desuso o
conducen a cambios de sus prácticas en sí), la recupe-
ración de fiestas tradicionales, pero abordadas desde
paradigmas ajenos (concursos que premian lo exótico)
y la instalación de red eléctrica que implica cambios
en prácticas, relaciones, hábitos y comunicación. En
este sentido, la incursión del Estado y el incremento de
su presencia e intervención en la vida de la comunidad
van teniendo una serie de repercusiones, en su mayoría
contradictorias entre el discurso, las intenciones, la
realidad práctica y sus efectos.

Sin duda, estos cuatro factores mencionados se relacionan
entre sí, sumados a otros factores como el cambio climático,
la paulatina llegada de tecnologías digitales, la aproximación
a la frontera urbana, la corrosión de las relaciones sociales
por el mercado y el retorno de migrantes después de largos
periodos de tiempo. Día a día se van desarrollando cambios,
teniendo efectos significativos en la cultura que teje a esta
comunidad, con cambios en la concepción de lo colectivo y
el equilibrio universal, cambios en la concepción de necesi-
dades, cambios en la percepción del valor de las creencias y
la práctica de rituales, cambios en la idea del funcionamiento
económico y cambios en el comportamiento en general.

¿Qué lugar hay para la reciprocidad en un sistema de indivi-
dualidades? ¿Qué espacio le queda a la corresponsabilidad
humana en un contexto sin deberes cósmicos? ¿Qué lugar
hay para los rituales en un marco de fertilizantes y pesticidas?
¿Qué lugar habría para la duda en los cuerpos impregnados
de certezas ajenas? ¿Será posible reactualizar el ciclo espacio
temporal cósmico con solo cuatro personas? ¿La eficiencia
simbólica de los cuerpos complementarios desde sus oposicio-
nes tendrá suficiente con tres personas? ¿Acaso la pre-cosecha
tendrá éxito si solo dos personas giran en el mismo sentido?
¿Será suficiente para las deidades si con el tiempo queda un
solo danzante?

El paso de la comunidad como reconstituyente y responsable
del equilibrio universal hacia la libertad individual de accionar
por los intereses propios está ocasionando una transformación
histórica sin visible retorno. La desacralización de la econo-
mía al invertir el rol de la naturaleza de deidad a objeto explo-
table implica que hubo un largo proceso que lo antecede para
lograr este cambio de paradigma, pero también conlleva una
serie de acciones actuales que aparentemente —o al menos
por ahora— tienen un claro destino.

5. CONCLUSIONES

El análisis y las reflexiones resultantes del presente ensayo
demuestran la necesidad de continuar indagando integral, inter
relacionalmente y de forma interdisciplinaria las múltiples
realidades existentes en nuestro territorio y tomar en con-
sideración la multidimensionalidad de los cambios que van
aconteciendo, ya que si la cultura determina el comportamien-

ISSN 2074-0700 / e-ISSN 2788-8452 · 71

to económico y viceversa, deberemos reconocer que tratamos
con un campo plural de economías en constante transforma-
ción, campo en que las particularidades serán de gran valor,
las relaciones serán el eje y el contexto será el cimiento para
nuestros estudios.

Centrándonos en quienes aún practican la danza ritual de la
Pinkillada como parte de los dones de carnaval, podemos de-
cir que: Existe una correspondencia entre la cosmovisión an-
dina y la concepción del ser humano como parte de Pacha y su
responsabilidad de accionar en el mundo teniendo en cuenta
el equilibrio del cosmos. Vinculado a ello se realizan distintos
rituales que buscan mantener en equilibrio las fuerzas a través
de los dones ofrecidos y los dones recibidos. En el caso de la
fiesta de carnaval los rituales son ofrendas dirigidas a la Pa-
chamama con el fin de que ella retribuya a la comunidad con
un futuro promisorio, fértil, abundante y productivo.

A partir de ello, la lógica económica se desenvuelve en cohe-
rencia con su sistema de creencias, su cosmovisión, su filoso-
fía y su religión. Devienen prácticas de intercambio basadas
en la reciprocidad, entendiendo a esta como una actitud, una
práctica y una forma de pensar las relaciones sociales. En este
sentido, la danza/música de la Pinkillada se encarna como una
de las más importantes al interior de la fiesta por su conteni-
do y eficiencia simbólica. Ésta permite cumplir los objetivos
económicos y religiosos finales. La Pinkillada es a la vez
económica (con necesidades, intereses, valores, formas de ad-
quisición, pago y consumo) y religiosa (con creencias, rituales
y significados compartidos). Es un todo interrelacionado y
dinámico en su transformación, en el que lograr recibir los do-
nes de la Pachamama es la necesidad, mientras dar y devolver
a través de la danza/música es el medio para satisfacerla.

La danza ritual de la Pinkillada es un elemento esencial donde
se reintegra toda su cosmovisión, se convierte en medio
directo para alcanzar sus objetivos y permitir la posibilidad
de cambiar el destino de la comunidad entera, vinculando las
relaciones interpersonales y las relaciones sagradas, siendo
una importante ofrenda y representando un pacto entre la
comunidad y su receptora.

La Pinkillada como un hecho económico/religioso, al igual
que una gran parte de su cultura, se vio significativamente
alterada durante los últimos años debido a distintos factores
de movilidad social como ser los cambios de paradigmas por
los procesos educativos a los que se someten los jóvenes de la
comunidad, las migraciones temporales que realizan algunos
pobladores, el aumento de la presencia de la iglesia evangélica
en la comunidad. Ella conduce a la negación y eliminación
de creencias y costumbres tradicionales, y la incursión del
Estado en los asuntos internos de la comunidad. Esta vorágine
de transformaciones va conduciendo a la desacralización de la
economía, en la que ya no hay lugar ni lógica para las prácti-
cas rituales, comunitarias y responsables con Pacha.

La comunidad de Tumuyo demuestra una significativa depen-

dencia económica de la tierra, lo cual en la actualidad es re-
suelto a veces anclado a lo religioso, sus creencias y sus ritua-
les, y también desde prácticas de explotación de la tierra como
recurso, haciendo uso de herramientas y materiales químicos
artificiales para intervenir en la naturaleza. En este sentido,
podemos encontrar percepciones contrapuestas coexistiendo y
formas diversas de relacionamiento con la naturaleza y especí-
ficamente con la Pachamama.

72 · Con-Sciencias Sociales, 14(26), enero-junio 2022

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Fecha de recepción:29/agosto/2021
Fecha de aprobación: 13/abril/2022

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